La Tradición de Esquiar
El esquí es una actividad ideal para pasar en familia, incluso diría que cualquier deporte invernal es ideal para disfrutar en familia. En particular, la afición por el esquí suele traspasarse de padres a hijos. Cuando los padres son esquiadores y los niños se acercan a la montaña desde pequeños es muy probable que lleguen a convertirse en grandes aficionados.
A todos los peques les encanta la sensación de deslizarse por la nieve, cualquier pendiente es buena para usar un trineo o directamente lanzarse tumbado. Tienen gran facilidad para aprender y pronto quieren probarse unos esquís.
Todos que hemos tenido esa suerte, recordaremos ese primer día de trineo e inevitablemente recordaremos a nuestro lado a nuestros padres o familiares más cercanos. Es una experiencia que querremos repetir con nuestros pequeños, y dejar esa impronta en su todavía corta colección de recuerdos.
Esquiar con Niños: Primer Día
Y es aquí, el primer día de esquí, cuando nosotros como padres descubrimos una nueva dimensión:
- ¡me he precipitado! es demasiado pequeño,
- pero si no puede con el peso de sus propias cosas,
- ¿tendría que haber buscado una escuela? ¿a partir de qué años pueden empezar?
- ¿a dónde vamos? ¿cuánto madrugamos? ¿llegaremos muy tarde?
- ¡tenía que haber aparcado más cerca! ¿pero, dónde?
- esta ropa no es adecuada, ¡imposible ir al baño! y no puede ponérsela sólo,
- pero … ¿es esto seguro? si cuando lo compré lo tenía claro,
- ¿esto cuesta un día de esquí? ¿forfait para cuántos? y ¡esa fila!
- ¡bien! ya no hay tele-arrastres, ¡hay cintas para niños dentro de túneles!
- ya nos hemos perdido, ¿ahora cómo nos localizamos?
- a ver, qué hemos perdido hoy ¿las gafas, un guante,…?
- …
Así fue el primer día como padre, ¡no! realmente peor. Y por supuesto tuvieron que pasar muchos días, incluso alguna temporada, hasta que pude volver a ponerme unos esquís y poder tener una jornada casi similar a la que tenía anteriormente a ir con mi familia.
¿Por qué digo similar? Porque ahora son mejores que antes, disfruto más y son el doble de gratificantes. Descubrir la montaña nevada, la estación, subir al pico cada vez más alto, la pista verde, la azul, ¡la roja!… pasar entre dos árboles,… con ojos de niño.
Es como revivir un tiempo maravilloso, pero con mayor nitidez y consciencia.
Pero hay que tener constancia, y aprender de los errores que te pueden estropear un día increíble, ¡evitémoslos entre todos!
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